jueves, 2 de diciembre de 2010

Y sin embargo, todo sigue siendo igual.

Dudo. Me abstraigo. No sé ni a qué aferrarme, ni de qué huir.
Es duro caminar sola. Pero más duro es estar a tu lado. E intento superarlo. E intento salir de esta, sola, como siempre. Y aunque caiga, una y otra vez, en  aquel pozo de los recuerdos, ¿a quién le importa? A mí no. Nadie sabe cuándo ni por qué me derrumbo. Pero debo ser fuerte...

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